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Un milagro que llegó para quedarse

 

Ya establecidos los españoles en territorio de Santa Anita, llegó un ermitaño (o religioso) español a estas tierras acompañado de una imagen de la virgen María, el ermitaño sólo estaba de paso, sin embargo se puso muy enfermo y pidió ayuda por lo que se le mandó con la india Agustina (o Justina), quien era la curandera del pueblo.

 

La curandera, especialista en el arte de sanar con plantas medicinales, trató de salvar la vida del ermitaño, sin embargo pese a los esfuerzos, este muere y la imagen quedó a cargo de Agustina. La mujer comenzó a rendirle culto, antes de dirigirse a asistir a sus pacientes le prendía una candela a la imagen y le pedía por la salud del enfermo.

 

Con el paso del tiempo ella comenzó a notar que cuando la cara de la imagen se veía sonrosada a la luz de la vela, los enfermos que asistía sanaban, sin embargo cuando su cara era más morena, los enfermos terminaban muriendo. Agustina preparaba a los que iban a morir muy sutilmente, diciéndoles que se prepararan y arreglaran sus cosas para que descansaran en paz; en cambio a los que sanarían según la imagen, los tranquilizaba y les daba la buena noticia.

 

Debido a que el Camino Real a Colima se encontraba cerca del pueblo, peregrinos de distintos lugares comenzaron a llegar a venerar a la imagen, así mismo estados vecinos del norte como Sinaloa y Nayarit le dieron culto a la imagen.

 

Su fiesta patronal inicialmente se celebraba el 08 de diciembre, día de la Purísima Concepción, en 1700 se pasa al 15 de agosto día de la Asunción y finalmente se modificó en 1782, quedando, como hasta hoy, el 02 de febrero como fecha de su fiesta principal.*

 

Santa Anita, abogada de los enfermos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Nuestra Señora de Santa Anita nos hizo un gran milagro, ya que operaron a un hijo nuestro que en ese entonces tenía la edad de 2 años y tenía un tumor dentro de la columna vertebral y yo a ella le pedí con todo mi corazón para que me hiciera el milagro de que mi niño saliera bien de la operación porque el doctor, antes de entrar a cirugía nos dijo que podría quedar inválido o perder la capacidad de hacer del baño por sus propios medios. A razón de eso yo le prometí a la Virgen de Santa Anita regalarle un vestido para que mi niño saliera bien y él salió sano de su operación”.

 

Bajo este testimonio la familia Tornel Ortiz da cuenta del poder milagroso de la imagen de la Virgen de Santa Anita, especialmente hacia los enfermos. Ellos, como miles de peregrinos y devotos de la imagen festejaron a la madre de Dios en su fiesta de la Purificación o de la Candelaria.

 

Durante el novenario ofrecido a la milagrosa imagen, abundantes muestras de fe se llevan a cabo con eventos como la peregrinación de los hijos ausentes donde personas originarias del pueblo pero radicadas en diferentes lugares del país y del mundo se dan cita un domingo antes del 02 de febrero, al igual, otra de las procesiones relevantes se da un día antes de la fiesta principal, se conoce como “la entrada de la cera”, donde cientos de devotos ofrecen como ofrenda cirios de diferentes pesos y tamaños, mismos que serán utilizados en la parroquia durante todo el año; en la misma procesión se presenta la nueva indumentaria que vestirá la imagen original, donada por una familia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El día principal diferentes contingentes de danzantes, grupos parroquiales, peregrinos nacionales y pueblo católico en general peregrinan por las principales calles del pueblo con una alegría muy particular, cantando y alabando a la imagen de Santa Anita que termina la procesión. Este es el único día del año que la imagen original sale de su nicho para bendecir a las miles de personas que salen a su encuentro.

 

*Datos proporcionados en entrevista por la Mtra. Aurora Alcántar, cronista del pueblo.

Radiografía de nuestra Señora de Santa Anita.

Su nombre original es Nuestra Señora de la Purificación o de La Candelaria, puesto que el 02 de febrero se celebra esta fiesta, en donde también fue presentado el niño Jesús al templo conforme a la costumbre judía.

 

De origen español, la imagen mide 45 centímetros de largo, en su brazo derecho sostiene una vela y en izquierdo al niño Jesús. Su rostro demuestra una mirada dulce y esboza una discreta sonrisa.

Sondeo: ¿Qué le pides a la Virgen?

Guadalupe Castro: Ya tengo 83 años, pues le pido que me guarde muchos años más para poder venir a verla, porque vengo desde Monterrey a hacerlo.

Familia Martínez: Nosotros le pedimos salud, salud para nosotros y para nuestros hijos que es lo principal.

Ramona Esparza: Yo ahorita lo que más le pido es que me ayude a tener sabiduría para saber guiar a mis hijos y pedir por las demás madres para que también puedan guiar a sus hijos.

Juan Rivera: Venimos a darle gracias a la virgen de Santa Anita por los favores recibidos.

Santa Anita Periódico es una publicación impresa de carácter mensual con área de cobertura en Santa Anita, Tlaquepaque.

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